El ministerio de alabanza y adoración Cristo Venció, surge en el 2006 a partir de la inquietud de evangelizar a través de la música, de servir de instrumentos vivos a partir de los cuales Dios toque los corazones de las personas; es producto de la evolución de un coro formado en 1995 llamado Vida Nueva, cuando la capilla aun formaba parte de la parroquia de San Rafael, posteriormente con el tiempo y el ingreso de nuevos integrantes el coro cambia de nombre y se denomina Voces de María, haciendo alusión a nuestra madre santísima, patrona de nuestra capilla, y a partir de allí, surge el ministerio Cristo Venció, que aun conserva a gran parte de sus integrantes originales. Nuestro nombre hace referencia a la resurrección de nuestro señor Jesús; Cristo, Venció a la muerte y nos dio vida eterna, es un Dios vivo;  el nombre  pretende que cada vez que alguien haga mención del grupo, proclame esta verdad y se regocije en ella.
Servimos en nuestra parroquia cantando en las misas dominicales, de acuerdo a nuestro rol y también en las diversas visitas que el sacerdote realiza a los centros pastorales y pequeñas comunidades parroquiales; también hemos ofrecido en diversas comunidades conciertos de alabanza y adoración (Yaxcopoil, San Francisco, casa de la cristiandad retiro Desierto, etc.) sin costo alguno.  Como grupo y en coordinación con otros ministerios de alabanza de nuestra parroquia organizamos este año un evento al que denominamos: primera tocada católica cantaré al señor por siempre, en el que se invitó a diversos ministerios de música y cuyo objetivo fue promover un espacio para la expresión de música católica.
Actualmente estamos  colaborando con el ministerio voz que clama en dos proyectos: el primero de ellos es grabar, junto con otros ministerios, un disco cuya recaudación estará destinado a ayudar a una  organización llamado pai pid, encargado de atender a enfermos de SIDA; y el segundo es un disco de alabanzas.
Todo lo anterior se menciona como parte de nuestra biografía, no pretendemos vanagloriarnos con ello, tratamos de seguir una idea que oímos de Martín Valverde: los aplausos son para Jesús, no para los burros que lo cargan, la gloria sea para él.